Una Crónica de Fiesta

¡Que viva Quito!, ¡que beba Quito!, ¡que vomite Quito! Pero que lo haga lejos. Que borre ese recuero de la mierda con olor a un Quito fundado a sangre de elites, de orgullo blanco-mestizo, de resentimiento indio y de esclavismo negro que solo en textos escondidos, no reconocidos son conocidos. Que lindas fiestas se fraguan en el alba de la cristiandad enraizada en el fetichismo del amor mercantilizado con olor a pavo borracho que vomita junto con los chullas, que gritan a voz de gallo ronco ¡Que viva Quito!
La fiesta se aleja de la tradición, o mejor dicho, se ha creado una nueva tradición a filo de plaza llena de sangre, borracho y barbarie; olores confundidos se mezclan en medio del ambiente lleno de toda la fiesta, tomando a punta de bota española, sangría como un carnaval de sangre y vendaval.
Comentarios
Publicar un comentario