Tim Burton habla con la muerte

Palpitante luna como faro has llevado mi vida hasta la hoguera que marchita mi rostro como aquellos días que mi cielo era la agonía, era una llaga que sangraba al ritmo de poesía y de verso, que a manera de oración, en la noche acurrucaba mis sueños de no despertar jamás a este mundo en el que tantos caminan moribundos a un destino que para ellos es vida; vida que muchos honramos con la muerte.

Individuos ilusos que tratan de escapar de la muerte sabiendo que ella paciente los espera hasta cuando ellos, por mirar atrás en busca de una mirada que los paralice, caen en sus garras. Gritos, lamentos, oraciones se escuchan después del cantico fúnebre que invoca a la vida a los moribundos y a la muerte a los vivos que han tomado la decisión de no ser cómplices de este mundo enraizado en el fetiche conjunto frio y muerto que les da calor para así ellos sentirse vivos.

Aproximaciones con la muerte a manera de ritual son las que la poesía me la da cuando a media luz de luna, con mis sueños a cuestas y un propósito en mis manos, solo siento la brisa del viento en mi rostro, ofreciendo mi cuerpo a lo que más se anhela en la vida, todo ese proceso que es más largo que ese acto perfecto en sí llamado la muerte; o acaso cada paso que damos no nos lleva a morir lentamente, sin tener más que nuestra aberración a lo que solo es apariencia muerta de lo que deberíamos ser, la vida.